Juegos Sensoriales
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Los juegos sensoriales son muy importantes en los primeros años de vida son clave para el desarrollo cognitivo de una persona. Las particularidades de un bebé hacen que la forma de relacionarnos con él, su forma de aprender y de descubrir el mundo nada tengan que ver con la de los adultos. Hasta los 3 años, una de las técnicas más efectivas en el desarrollo del intelecto es la estimulación sensorial.
Las sensaciones en esta etapa son una de las fuentes principales, de todo el conocimiento y, por lo tanto, el aprendizaje de los niños va a depender de todas las sensaciones que reciba de su entorno. E
Las sensaciones en esta etapa son una de las fuentes principales —por no decir la más importante—, de todo el conocimiento y, por lo tanto, el aprendizaje de los niños va a depender de todas las sensaciones que reciba de su entorno. Estas son exploradas por los sentidos y suponen una estimulación fundamental en el crecimiento estructural del cerebro y su desarrollo.
Beneficios de la estimulación sensorial en la Educación Infantil:
- Aumenta la curiosidad, atención, concentración y el deseo por el aprendizaje.
- Promueve el pensamiento lógico.
- Estimula la comunicación no verbal.
- Desarrolla las relaciones positivas con otros niños y adultos.
- Mejora el aprendizaje en el futuro.
- Ayuda a aceptar estímulos del entorno.
- Conocimiento del propio cuerpo.
Estimulación auditiva
A través de actividades auditivas se agudiza la percepción, se estimula la actividad física, se mejora la motricidad y coordinación del niño y se favorece el desarrollo del lenguaje. Algunas actividades que se pueden realizar son: utilizar sonajeros o juegos que emitan sonidos o música, imitar sonidos de animales, hacer que el niño imite diversas acciones y sonidos…
Estimulación visual
Juegos con espejos u objetos en los que se reflejen, jugar con luces o juguetes luminosos o esconder objetos para que el niño los busque (se pueden usar cajas de permanencia).
Estimulación táctil
Es, quizás, la forma de estimulación más importante, ya que es el sentido que está presente desde el comienzo de la vida y el que más información confiere al pequeño. Mediante su estimulación, las conexiones cerebrales se desarrollan y se estimulan para un mejor desarrollo cognitivo y psicoemocional. Para estimularlo, se puede jugar con plastilinas u objetos de varias texturas, envolver al niño en diferentes tejidos o hacer que sus partes del cuerpo experimenten diversas sensaciones: frío, calor, aire, peso, etc.
Estimulación olfativa
Desde el nacimiento, el niño comienza a desarrollar este sentido, reconociendo el olor de la madre o el de la leche materna. Para fomentarlo es importante rodearlo de aromas agradables y no demasiado intensos e irle acostumbrando a olores comunes en sus juegos diarios: frutas, flores, comidas, etc.
Estimulación gustativa
El del gusto es un sentido que el niño va aprendiendo porque no aparece desde el principio. Gracias a él, se regulan y se desarrollan también procesos como el de succión, masticación, deglución y control del babeo. Para ello, se puede experimentar con comidas de sabor muy marcado para ver su reacción, realizar masajes en la boca para estimular el sistema orofacial y variar los alimentos para que se acostumbre a todos los sabores y texturas.
Aprende , juega , crece